lunes, 29 de septiembre de 2008

Monumento a la Revocución

La primera piedra de este edificio fue colocada el 23 de septiembre de 1910 por el presidente Porfirio Díaz. Tras un avance notable en el armado de la estructura de acero del edificio, la construcción de lo que se pretendía fuera el Palacio Legislativo fue suspendida por falta de recursos a raíz de las luchas revolucionarias.

La estructura permaneció inutilizada durante varios lustros, lo que motivó que empezaran a ser desmanteladas las naves laterales y se pensara incluso en la demolición total del inmueble.

El arquitecto mexicano Carlos Obregón propuso al entonces secretario de Hacienda, Alberto J. Pani, el aprovechamiento de parte de la estructura de la cúpula del frustrado Palacio Legislativo para erigir un monumento a la entonces recién concluida Revolución Mexicana. Dicha propuesta fue aceptada y su construcción abarcó de 1933 a 1938.

El resultado lo conocemos hoy, el monumento a la Revolución simboliza y conmemora las conquistas alcanzadas por la Revolución Mexicana: un conjunto que mide 65 M. de altura, la estructura principal presenta cuatro arcos de 26 M. de alto por 18.50 M. de ancho, recubiertos en su mayor parte de piedra chiluca, ya que los arranques de las pilastras y sus vértices exteriores lo están de piedra negra, sobre éstas últimas descansa un gran cubo de piedra chiluca, el que, a su vez, sostiene una doble cúpula, la cual se complementa con otra interior. La cúpula exterior se halla recubierta de láminas de cobre y se remata en linternilla hueca, de piedra negra, que se proyectó originalmente para alojar un haz luminoso que sería guía nocturna para los aviones.

Este monumento destaca por lo masivo y geométrico de su construcción que nos remite a la arquitectura prehispánica, sin embargo también es fiel representante de una las corrientes arquitectónicas de ese momento, el Art Deco, estilo que se hace presente en los grupos escultóricos que se asientan sobre las pechinas de la cúpula de cobre del monumento, mismos que fueron creados por el artista Oliverio Martínez y que representan respectivamente: la Independencia, las Leyes de Reforma, las Leyes Agrarias y las Leyes Obreras. También se construiría una columna con 4 esculturas dedicadas a la paz, la elocuencia, la juventud y la verdad.

Años después de su conclusión, este monumento fue convertido también en mausoleo donde descansan los restos de los algunos de los principales protagonistas de la Revolución Mexicana: Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Francisco Villa, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas. Asimismo desde 1986 el sótano de este monumento alberga al Museo de la Revolución.

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